Liliana Salvat, sin duda es una de las
mejores payadoras de Argentina y Uruguay, si no, la mejor.
¡¡Tres potencias!! En la foto de arriba, la GRAN PAYADORA LILIANA SALVAT, junto a HECTOR DEL VALLE y la Gran Nelly Omar, en un encuentro de payadores realizado en la Ciudad Burzaco, organizado por el centro de culturas nativas "La Panaderia"
La artista PAYADORA, oriunda del departamento Colón, vive en Chajarí Ente Rios.
junto a su familia.
Su esposo, el también payador Manuel Ocaña, en una decisión personal, dejó la profesión hace un
tiempo.
“Yo vivía en el campo y desde muy chica la diversión que teníamos era ir a festivales de música folclórica”. “me levantaba muy temprano para escuchar junto a mi padre Radio Rural, del Uruguay, donde actuaban los
payadores más renombrados”. “Me gustaba la payada, pero en ningún momento pensé que podía terminar como
payadora”, Pero “el hombre propone y Dios dispone”, dice un conocido refrán popular. Siendo muy chica aún,
Liliana presentó un poema de su autoría en un concurso escolar y lo ganó.
Lo interesante del caso es que el poema estaba
escrito en décimas; o sea, en diez versos octosílabos.
Esa, precisamente, es la medida que comúnmente emplean los
payadores.
La décima, creada por el español Vicente Espinel hace cuatro siglos, fue tomada por los payadores como
medida fundamental de sus improvisaciones artísticas. A esas décimas, el gran Gabino Ezeiza, en el siglo XIX, le agregó
el ritmo de milonga, y allí se selló una modalidad fundamental en esta expresión artística. Liliana cuenta que al poema premiado lo escuchó un payador que
entonces hacía sus primeras armas: Manuel Ocaña. Nadie suponía entonces la importancia que tendría Ocaña en la
vida de la entrerriana.
Fue él quien se acercó a la joven y le preguntó si no improvisaba versos. Fue él quien la acercó
hasta los más importantes payadores del país quienes, en un espectáculo realizado en Buenos Aires, aplaudieron a
Liliana y le acercaron todo su apoyo. Y allí comenzó Liliana Salvat a transitar un nuevo y difícil camino que la llevaría a
algunos de los escenarios más importantes del país y de la República Oriental del Uruguay, participando en
contrapuntos con los payadores más mentados de ambas bandas del Río Uruguay. Liliana admite que no es sencillo ser payadora.
Es necesario aprender de manera permanente sobre una infinidad de temas. “El payador no tiene que ser un
especialista, pero debe conocer de muchos temas, ya que eso da base a la improvisación”, aseguró. De allí entonces la
nutrida biblioteca que posee y consulta permanentemente. Por otra parte, la artista asegura que uno de los elementos
fundamentales en esta expresión es “cantar con fundamento”. Advirtió asimismo que “nosotros no somos cantores; sino somos payadores; personas que improvisamos poesía sobre diferentes temas, generalmente actuales, y acompañamos
esas décimas con la guitarra y una melodía”.
Liliana viene cumpliendo presentaciones en Argentina y en la ROU. Este
año, junto a otra gran payadora, Marta Suint, subió al escenario de Jesús María, poniendo de esa manera el arte repentista en uno de los escenarios de mayor valía.
Eso, vale destacar, no fue una sorpresa ni un hecho aislado en la
carrera de esta gran artista como LILIANA SALVAT, PAYADORA .